Liderazgo académico en la UAM: donde la enseñanza y la investigación forjan el cambio
El alumnado de esta casa de estudios aprende a autogestionar su conocimiento, desarrollar el pensamiento crítico y trabajar en equipos multidisciplinarios
La figura de profesor-investigador que existe en la Casa abierta al tiempobrinda la ventaja de compartir a los estudiantes conocimientos actualizados

“La mayor aportación que podemos dar a la sociedad por el privilegio de ser profesores investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) está en formar recursos humanos calificados”, aseguró Arturo Rojo Domínguez, académico adscrito al Departamento de Ciencias Naturales de la Unidad Cuajimalpa.
En entrevista, consideró que la Casa abierta al tiempo trata de estar al día para responder a las expectativas de su alumnado, que busca, desde mejorar su situación económica hasta desarrollar análisis crítico o tocar disciplinas científicas, humanísticas o de diseño y comunicación que sean de su interés.
La UAM prepara a sus estudiantes para el mundo laboral “a través de utilizar la investigación como enseñanza en los proyectos terminales y visitas a instancias y empresas que les permiten ver cómo se aplican los conocimientos del aula en los ambientes laborales”.
También, “los servicios sociales tanto en la propia Universidad como en instituciones públicas u organismos privados que los acercan a la experiencia profesional y los coloca en la frontera del saber, así como las materias optativas de temas selectos donde se abordan los contenidos más recientes de cada disciplina”.
Además, señaló que el modelo UAM ofrece licenciaturas con una duración de cuatro años, de tal forma que cuando los alumnos cursan el último trimestre son egresados, y para titularse no es forzoso hacer una tesis, sino un proyecto final que puede ser individual o grupal, lo cual ayuda al proceso de eficiencia terminal.
Sin embargo, reconoció que se trata de un periodo muy corto “para mostrarles lo que el futuro les va a pedir”, por lo que será necesario cambiar la manera de ver los planes y programas de estudio para hacerlos más dinámicos y pensar en las microcertificaciones, lo que implica dar pequeños diplomas a lo largo de la carrera que los habiliten para competir con los Bootcamps, y que les permita tener un mejor ingreso.
Otro reto a enfrentar es desarrollar las llamadas habilidades blandas “porque cuando un egresado va a pedir trabajo no se espera que conozca absolutamente todo; nosotros damos las bases generales, pero es imperativo enseñar la capacidad de autogestionar su propio conocimiento, de desarrollar el pensamiento crítico y de poder trabajar en equipos multidisciplinarios en los que se requiere una capacidad de interlocución y de presentar de modo sencillo sus ideas con el rigor científico para crear nuevo discernimiento”.
En ese sentido, apuntó que la figura de profesor-investigador que existe en la Casa abierta al tiempo es relevante en la formación de las y los estudiantes, ya que brinda la ventaja de compartirles conocimientos actualizados.
“Al momento de ser investigador necesariamente hay una competencia internacional por publicar resultados y una urgencia constante de actualización; por otro lado, dentro de nuestras licenciaturas el alumnado debe participar de esa indagación, ya sea mediante ejemplos en clase que el propio profesor les muestra o como parte su proyecto terminal o servicio social, y así se nutre la educación a través de la investigación”.
El doctor Rojo Domínguez mencionó que si bien es cierto que existe una competencia entre el tiempo dedicado a la investigación y a la docencia; el profesorado privilegia la enseñanza “porque somos conscientes de que es la mejor manera de crear ciudadanía y de formar a egresados con la capacidad de darle a la sociedad lo que precisa”.
En torno a cómo vislumbra el futuro de la docencia en la Institución, indicó que se requieren cambios legislativos y grandes discusiones dentro de las Unidades universitarias para adaptar el modelo educativo al siglo XXI, donde hay una condición muy diferente de visualizar el conocimiento y la UAM tiene que estar a la altura de estos cambios.
Asimismo, es relevante que la Universidad tenga mayor contacto con la sociedad, se homologue con otras instituciones de tal manera que sea más fácil la movilidad estudiantil y sacar lo más sobresaliente de varias instituciones en beneficio del alumnado, a lo que se suma la actualización de las licenciaturas de un modo más ágil de lo que se está haciendo ahora.
“La universidad pública es uno de los bienes más importantes que puede tener un país y la educación implica una inversión a largo plazo, lo cual demanda proyectos de largo aliento que no se quedan en un periodo de gestión o en un sexenio de gobierno”, dijo el doctor Rojo Domínguez, quien fuera pieza clave en la conformación de la sede definitiva de la Unidad Cuajimalpa de la UAM.