Huertos escolares: ciencia, sostenibilidad y comunidad desde la UAM
Estos espacios de cultivo impulsan la cultura de la alimentación saludable y el respeto por el medio ambiente
Clara Grande Paz
En la última década, los huertos urbanos en la Ciudad de México se han consolidado como espacios que no solo contribuyen a la construcción de una ciudad sustentable, saludable y resiliente, sino también como prácticas que fortalecen el tejido social en un entorno solidario, colaborativo y comprometido.
Ante la importancia de estos espacios de cultivo, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en colaboración con los Institutos de Educación Media Superior (IEMS), ha promovido la implementación de huertos escolares como una vía para difundir habilidades prácticas, conocimientos científicos y valores como la sostenibilidad y la cooperación. Asimismo, fomentan la cultura de la alimentación saludable y el respeto por el medio ambiente.
Esta iniciativa, coordinada desde hace tres años por la Dirección de Comunicación del Conocimiento (DCC) de la UAM, ha permitido la consolidación de dos huertos escolares en los planteles IEMS Magdalena Contreras “Ignacio Manuel Altamirano” e Iztapalapa V “José María Pérez Gay”.
A través de una convocatoria anual, los planteles seleccionados reciben herramientas, materiales y capacitación para la elaboración de semilleros, producción de biofertilizantes y manejo de lombricomposta. Como resultado, se han logrado huertos bien establecidos, cuidados y con seguimiento continuo.
Las profesoras investigadoras de la Unidad Cuajimalpa, doctoras Roxana López Simeón y Alejandra García Franco, asesoras del huerto PIMA en el plantel “Ignacio Manuel Altamirano”, destacan la relevancia del proyecto al permitir un diálogo de saberes con la comunidad educativa.
“Impulsar este tipo de proyectos es muy valioso para vincularnos con la colectividad. Esto se puede expandir: el alumnado que aprende a sembrar lleva ese conocimiento a casa, lo comunica e incluso puede despertar el interés por estudiar una carrera como Agronomía”, señaló la doctora López Simeón.
La académica del Departamento de Ciencias Naturales subrayó que en el campus Cuajimalpa se ofrecen carreras como Ingeniería Biológica o Molecular, que podrían resultar atractivas para estudiantes de nivel medio superior.
“Soy egresada de la licenciatura en la Unidad Xochimilco y del posgrado en Iztapalapa, y siempre se nos inculcó la importancia de relacionarnos con la sociedad. Si las universidades no nos enlazamos con nuestras comunidades cercanas y no generamos ciencia y apoyo, no hay futuro. Este tipo de proyectos son muy acertados porque ayudan a construir un mejor país”.
Explicó que un huerto escolar es un espacio destinado a la siembra y cosecha de productos agrícolas o plantas con beneficios, como las medicinales, en el que participan activamente estudiantes, profesorado y directivos.
“Debe estar respaldado por docentes con conocimientos previos sobre agricultura urbana, e involucrar a profesorado de distintas disciplinas, incluidas las ciencias sociales y humanidades, para generar proyectos integrales”.
Incluso, egresados de la UAM han regresado a sus comunidades para compartir lo aprendido. Vecinos y madres y padres de familia también han colaborado con el mantenimiento de los huertos, enviando composta desde sus hogares y brindando asesorías.
“Se trata de comunidades con retos económicos y sociales, pero que, a través de estos proyectos, comienzan a generar vínculos y experiencias significativas”.
En el huerto escolar del plantel Magdalena Contreras se han cosechado jitomates, calabazas, chiles y lechugas, que posteriormente se utilizan en la cafetería de la institución para alimentar al alumnado a bajo costo.
“Primero participé como evaluadora, luego como asesora desde la primera siembra, y también en la elaboración de productos finales como extractos que pueden usarse como fertilizantes, insecticidas o aceites esenciales para uso cotidiano”.
La doctora López Simeón enfatizó que mantener un huerto urbano no es difícil, pero sí requiere dedicación y colaboración: se debe mantener limpio, regar, cuidar las semillas, cosechar y prevenir plagas o fauna nociva.
Por su parte, la doctora García Franco, profesora del Departamento de Procesos y Tecnología, reconoció que las nuevas generaciones están cada vez más alejadas del campo, y que los huertos escolares ofrecen la oportunidad de reconectar con la tierra.
“Muchos jóvenes no saben lo que implica que un alimento llegue al supermercado. Los huertos escolares se convierten en espacios de aprendizaje donde convergen fenómenos de biología, química, matemáticas, además de reconectar con los ciclos de vida y la comunidad que hace posible la producción de alimentos”.
A esto se suma que el alumnado aprende a cooperar, trabajar en equipo y desarrollar habilidades como la paciencia, la constancia y la planeación: qué hacer si hay vacaciones, quién cuidará el huerto, o cómo actuar ante lluvias intensas.
Así, los huertos escolares se transforman en espacios de pertenencia y convivencia que literalmente “rinden frutos” y contribuyen a la promoción de una alimentación más saludable.
“En un contexto nacional que promueve una estrategia alimentaria, contar con un espacio donde producimos lo que comemos es valioso. Nos permite tener mayor control sobre nuestra alimentación, lo cual influye directamente en nuestras decisiones cotidianas”.
Desde el ámbito académico, García Franco subrayó la necesidad de que la enseñanza se vincule con el contexto social para ser significativa. Propuso pensar en contextos específicos centrados en los intereses y necesidades del alumnado.
“Los huertos en instituciones educativas dan presencia a la universidad en las escuelas; permiten que la UAM participe a través de su estudiantado, personal asesor y propuestas de trabajo. Se generan lazos colaborativos y se fortalece la investigación desde una perspectiva interdisciplinaria y transdisciplinaria que reconoce también los saberes comunitarios”.
Agregó que, en muchas escuelas ubicadas en los márgenes de la ciudad, hay estudiantes con conocimientos agrícolas, y que es fundamental que la universidad reconozca esos saberes y esté presente en los espacios donde el conocimiento crece y se transforma.
Si te interesa conocer más sobre los huertos o iniciar el tuyo, la Dirección de Comunicación del Conocimiento de la UAM pone a tu disposición la Guía ilustrada para iniciar un cultivo urbano o escolar, elaborada con el acompañamiento de investigadoras e investigadores de esta Casa abierta al tiempo. Puedes descargarla de forma gratuita en
https://conocimiento.uam.mx/guiahuertos/
Unidades universitarias
2025 © Universidad Autónoma Metropolitana