Gestión de residuos: un desafío colectivo en tiempos complejos

Para que haya una gestión idónea se requiere que los ciudadanos separemos de manera efectiva nuestra basura

México aún no cuenta con una regulación estricta que dé resultados frente a esta problemática: especialista de la UAM

La doctora Alethia Vázquez Morillas reconoció que si bien la CDMX tiene avances importantes aún persisten áreas de oportunidad

Cecilia Perezgasga Ciscomani

Los esfuerzos individuales por disminuir la generación de residuos y practicar cotidianamente una separación adecuada son principios fundamentales para avanzar en su tratamiento, advirtió la doctora Alethia Vázquez Morillas, profesora investigadora del Departamento de Energía en la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

En entrevista, manifestó que es un esfuerzo en el que todos deberíamos participar, pues “a veces creemos que se trata solo de una cuestión tecnológica, que basta con llevar los residuos a una planta de tratamiento donde se separa lo útil y se soluciona el problema, pero en realidad no es así”.

“Creo que en México todavía no existe una regulación estricta que realmente dé resultados frente al grave problema de los desechos en general”.

Para lograr un manejo adecuado —en el que los residuos compostables realmente se composteen y los reciclables puedan ser recuperados— es necesario contar con un sistema que permita que “los ciudadanos efectivamente separemos nuestros desperdicios. Esa es una responsabilidad de todos que deberíamos cumplir, independientemente de lo que suceda después con ellos”, comentó. Aunque en la Ciudad de México y en algunas otras entidades esta práctica ya es una obligación estipulada por ley.

La capital del país ha logrado avances importantes, con una gestión eficiente y moderna, lo cual es notable considerando su tamaño y la magnitud del desafío. Sin embargo, aún existen áreas de oportunidad. El sistema es complejo, ya que cada alcaldía es responsable de la recolección domiciliaria, y hay demarcaciones más exigentes que otras en cuanto a la separación de residuos.

Existe también una participación muy relevante del sector informal, que desempeña un papel crucial en la recolección y recuperación de residuos, brindando además un servicio público. La preocupación es que estas personas trabajan sin reconocimiento de sus derechos laborales, lo que representa una deuda social que debe ser atendida.

Los rellenos sanitarios son responsabilidad estatal, pero la metrópoli tiene una organización administrativa diferente.

La búsqueda de sitios para trasladar la basura corresponde a la Secretaría de Obras y Servicios, la cual ha determinado enviarla a ubicaciones en el Estado de México y Morelos, debido a la falta de espacios adecuados y costeables dentro de la ciudad.

La legislación establece que los rellenos sanitarios deben ser instalaciones con medidas de ingeniería para mitigar sus impactos ambientales. Esto funciona razonablemente bien en una ciudad grande, pero para un municipio pequeño resulta completamente inviable contar con este tipo de infraestructura.

“Muchos de los temas económicos relacionados con los residuos están ligados a los volúmenes que manejamos”, explicó la doctora en Ciencias e Ingeniería Ambientales por la Unidad Azcapotzalco.

Por ejemplo, “si queremos dedicarnos al reciclaje, será un buen negocio si manejamos grandes volúmenes, pero si lo hacemos a pequeña escala, al menudeo, el beneficio o margen de utilidad será mucho menor”.

Esto es lo que se conoce como economía de escala, que permite a la Ciudad de México una administración más eficiente. Sin embargo, en municipios que deben afrontar este problema sin recursos técnicos o económicos suficientes, “tenemos que buscar soluciones creativas”.

La doctora Alethia Vázquez, quien investiga sobre desechos plásticos y otros residuos de manejo especial, subrayó que esta problemática está estrechamente vinculada con la evolución del sistema capitalista y su modelo de producción y consumo.

“Los plásticos nos ofrecen opciones que facilitan la vida diaria, por lo que eliminarlos resulta tan complejo: forman parte intrínseca de la organización de la sociedad moderna. Aunque ha habido esfuerzos, estos no siempre son articulados, ni cuentan con los apoyos necesarios, ni logran involucrar a las personas de forma adecuada y comprometida”.

El problema con los residuos plásticos es que, si no reciben un tratamiento adecuado, quedan expuestos a los elementos naturales —como el sol, el viento, la lluvia y los cambios de temperatura—, lo que provoca su fragmentación y la formación de microplásticos: partículas de menos de cinco milímetros que se dispersan fácilmente en el ambiente y terminan en océanos y otros cuerpos de agua.

Las grandes islas de plástico ya identificadas en los mares provienen en gran medida de ciudades costeras que carecen de procedimientos adecuados de separación y tratamiento de residuos. En cuerpos de agua dulce y sistemas de aguas residuales, no existe tecnología capaz de eliminar estas micropartículas.

Aunque se ha legislado para prohibir el uso de bolsas plásticas, esta iniciativa se ha debilitado, ya que algunos comercios continúan entregándolas argumentando que son biodegradables. “Pero cuando hablamos de biodegradabilidad, solo estamos diciendo que ciertos microorganismos, como bacterias, pueden consumir ese material como alimento y fuente de energía”.

Sin embargo, para que esto tenga un impacto ecológico real, es necesario que dichos plásticos se destinen a entornos adecuados donde se pueda llevar a cabo su biodegradación. Un plástico puede ser biodegradable en ciertas condiciones, pero no en todas.

En términos de gestión, lo que se considera útil, válido y beneficioso para el medio ambiente en determinadas circunstancias es únicamente el plástico que se biodegrada en una planta de composta; es decir, el plástico compostable, cuyo uso está permitido y promovido en la Ciudad de México.

La legislación local en materia de residuos no menciona los plásticos biodegradables, sino los compostables, y existe una norma que certifica estos materiales para garantizar su composición. No obstante, lo importante es que lleguen efectivamente a plantas de composta para que pierdan las propiedades que dañan al medio ambiente, subrayó la especialista.

La UAM cuenta con un plan de sostenibilidad y cambio climático que contempla distintas líneas de acción estratégica para alcanzar este objetivo.

Uno de estos programas está enfocado en los residuos y establece estrategias para su manejo adecuado, la prevención de su generación y el aprovechamiento máximo de aquellos que sí se producen.

Esto se aplica a las tres categorías contempladas en la legislación: los residuos sólidos urbanos, los domésticos y los de manejo especial, que pueden valorizarse o aprovecharse. También se consideran los residuos peligrosos, generados sobre todo en áreas de servicios médicos y en tareas de mantenimiento de instalaciones y vehículos.

“Me parece que Azcapotzalco tiene la gestión más avanzada, ya que cuenta con un plan para el manejo de residuos sólidos urbanos y de manejo especial desde 2003”.

Con base en este programa, los residuos se separan en dos grandes fracciones: los aprovechables y los no aprovechables. Los primeros —como PET, aluminio, tetrapak, papel y cartón— se destinan a empresas recicladoras.

Para los residuos orgánicos, la unidad cuenta con una planta de composta que procesa los generados en la cafetería, así como cerca del 60 % de los residuos derivados de la poda de áreas verdes, mediante composteo tradicional y lombricomposteo.

Además, el campus mantiene un convenio con la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (SEDEMA) para la recolección de aceite de cocina usado, que se utiliza en la producción de biodiésel. También organiza periódicamente reciclatrones para recolectar residuos electrónicos, tanto en esta sede como en las unidades de Xochimilco e Iztapalapa.

Cada unidad académica y la Rectoría General de la Casa abierta al tiempo gestionan sus residuos en conformidad con los programas derivados del Plan de Desarrollo Sostenible ante el Cambio Climático de esta casa de estudios.

RSS
Facebook
X (Twitter)
YouTube
Instagram
Tiktok