Egresados UAM: Orgullo y permanencia de la Casa abierta al tiempo

Con sus más de 200 mil egresados, esta institución contribuye al desarrollo del país y de la sociedad mexicana

La excelencia educativa y el modelo innovador de la UAM los ha llevado a posicionarse en lugares estratégicos dentro de la industria, las instancias gubernamentales y la mejora social



En sus 50 años, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) ha sido un semillero de profesionales comprometidos con el desarrollo del país y de la sociedad mexicana, gracias a la sólida preparación académica, a su visión humanista y al dominio de metodologías innovadoras durante los procesos de formación.

Las más de 200 mil egresadas y egresados de la Casa abierta al tiempo son voceros de esta Institución y representan la mejor carta de presentación hacia el entorno social, cultural y económico, lo que los ha llevado a posicionarse en lugares estratégicos dentro de la industria, las instancias gubernamentales y las empresas privadas.

“Si tuviera que resumir en tres palabras mi paso por esta Universidad serían: calidad educativa, docencia profesional y mi casa. La UAM me dio una sólida preparación para afrontar las problemáticas sociales; la visión para entender una sociedad en continuo cambio, y las herramientas para encontrar soluciones a sus problemáticas”, expresó María del Pilar Morales García.

La directora de la Fundación Escuela Bancaria y Comercial recordó que su paso por las aulas en la carrera de Psicología Social de la Unidad Iztapalapa le dejó muchos aprendizajes y competencias que fueron fundamentales en su incorporación a la vida profesional: hábitos de estudio, disciplina, perseverancia, habilidades sociales y la capacidad de relacionarse en los entornos laborales.

“La experiencia universitaria es muy significativa en muchos aspectos, por las relaciones que se construyen, las amistades y los maestros que te tocan y te pueden marcar. La UAM me proporcionó no solo los conocimientos y herramientas, sino las conexiones para insertarme en el mundo laboral. Tuve un profesor que me invitó a participar en su agencia y fue una de las primeras experiencias de trabajo, lo que me abrió las puertas para mi servicio social y, posteriormente, tener invitaciones para laborar en los ámbitos público y privado”.

De acuerdo con esta egresada distinguida, la Casa abierta al tiempo sigue cumpliendo su función para crear enlaces con el mundo laboral y, en este sentido, refirió que la UAM tiene una conexión privilegiada, al vincularse con las instituciones más importantes, dentro y fuera del país, lo que permite a los estudiantes desarrollar sus perfiles e intereses al concluir su programa de formación.

“Los docentes de esta Institución son académicos extremadamente preparados, te van abriendo el camino del discernimiento y la propia Universidad también te impulsa a aprender por ti mismo. Al tener una modalidad trimestral, te permite cursar todas las materias y adquirir los conocimientos en un tiempo adecuado, ajustándose al ritmo que tiene la vida allá afuera, por lo que su formación te prepara a enfrentar los retos laborales”, puntualizó.

Como pantera orgullosa, Morales García rememoró con cariño todo lo que la UAM le dio: sus espacios siempre abiertos, la cafetería, la biblioteca en la que pasó muchas de sus horas como estudiante, así como los sitios culturales en los que siempre se sintió acogida y en los que coincidió con algunas de las personas más significativas en su vida y quienes la acompañan hasta el día de hoy.

Un camino hacia la excelencia

Para Enrique Martínez Moreno, egresado de la Licenciatura en Economía de la Unidad Azcapotzalco, su paso por esta Institución significó la expansión de sus horizontes académicos y el descubrimiento de la ruta que seguiría al concluir sus estudios.

El actual director general del Instituto Farmacéutico (INEFAM) destacó la importancia de algunos de los conocimientos que adquirió en su paso por la sede universitaria al norte de la ciudad, entre los más relevantes su formación cuantitativa, el entendimiento de la economía a nivel global y las herramientas de análisis de mercado, entre otros.

“Los saberes que adquirí durante mi formación han sido muy útiles, me permitieron, por ejemplo, reunir información trascendente con la cual pudimos construir varias herramientas de lo que actualmente se conoce como Business Intelligence (BI), donde utilizamos plataformas y programación para hacer mucho más accesible a las empresas que buscan entender cómo funciona este mercado”, explicó.

Para el estratega y consultor del sector salud ser estudiante de la UAM significó también un reto para adaptarse a la velocidad de aprendizaje que exige su sistema trimestral, lo que lo llevó a saber trabajar bajo presión, adquirir buenos hábitos de estudio, mantenerse en aprendizaje continuo y estar en constante actualización. 

“Esta Institución es un espacio único para generar experiencias, relaciones y conocer personas que te motiven a seguir un camino diferente al que tú pensabas. Además de lo formativo, está la parte más personal. Hasta hoy conservo grandes amigos y compañeros de mi generación. Sabemos que la Universidad Autónoma Metropolitana es uno de los centros de estudio más importantes del país y, aunque me parece que hay aspectos que reforzar sobre su currícula, creo que se están haciendo esfuerzos por orientar la programación a temas muy actuales como la ciencia de datos”.

Entre los recuerdos y experiencias más significativas de su paso por la Casa abierta al tiempo están el continuo descubrimiento del conocimiento que compartían sus profesores, el ánimo de saber que muchos de ellos les ofrecían las lecturas más recientes y temas de actualidad, el poder entender lo que estaba sucediendo en la inmediatez y la aplicación de la teoría, así como las oportunidades que se dieron para colaborar con algunos de sus profesores, una experiencia que hoy resume en: compromiso, pasión por lo que hace y contribución a la sociedad.

Nuestra casa

Para Lucina Jiménez López, la Universidad es, ha sido y será, su casa de pensar, un espacio en el que se lograron concretar varias de sus inquietudes intelectuales y un lugar abierto a la diversidad de perfiles profesionales que existen en los campos enfocados en el arte y la cultura.

“El hecho de que una persona con un perfil tan híbrido como el mío, que venía del periodismo, la literatura, el teatro y la gestión, haya podido estudiar en esta Universidad habla de la permeabilidad que tiene para las diferentes formas de saberes y de experiencias, las cuales pueden encontrar aquí enriquecimiento mayor fluidez. Creo que la UAM sigue siendo la Institución que aborda todos esos fenómenos de lo cultural desde enfoques muy diversos, pero que ha tenido continuidad en esa condición de siempre buscar comprender la actualidad”, argumentó.

La doctora en Ciencias Antropológicas por la Unidad Iztapalapa señaló que esta casa de estudios la dotó de herramientas metodológicas que sigue poniendo en práctica en su campo de acción, para entender contextos sociales, políticos e incluso rituales, con el fin de comprender las dinámicas que vive un fenómeno cultural y artístico.

La actual directora general de Formación y Gestión Cultural de la Secretaría de Cultura, agregó que además de estar en contacto con referencias fundamentales en la formación contemporánea, su paso por esta institución le permitió entablar diálogos fructíferos con otros profesionales, poner en contexto muchos de los procesos que había vivido en diferentes espacios y encontrar el vínculo entre la praxis y academia.

“La UAM tiene esa capacidad de desarrollo intelectual que en este momento es muy necesaria para la configuración de nuevas formaciones que permitan un mayor número de personas puedan tener campos de acción en lo territorial, lo ambiental, entre otros. Esta Universidad es muy abierta y tiende sus espacios justo bajo su lema, poniendo el tiempo como eje, en donde los tiempos que confluyen para el desarrollo del conocimiento y del aprendizaje, pueden proceder de muy diversas fuentes”, concluyó.

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