Comedores Universitarios de la UAM: calidad nutritiva al alcance de todos

En la Unidad Xochimilco se consumen vegetales producidos en el predio Las Ánimas

Contribuyen al cumplimiento del ODS 2 ya que a la par de cuidar la alimentación, consideran el cuidado al medio ambiente en la producción de los alimentos

María Teresa Cedillo Nolasco

Los comedores de las sedes de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) representan un espacio fundamental de la Institución que, después de más de 45 años en funcionamiento, se han consolidado como una alternativa que garantiza la alimentación y nutrición de la comunidad, coincidieron Rafael Díaz García y Jesús Manuel Tarín Ramírez, investigadores de la Unidad Xochimilco.

El doctor Díaz García señaló que existe la creencia de que son una prestación laboral que responde a cuestiones pactadas bilateralmente, pero se trata de una iniciativa de la Casa abierta al tiempo que resulta en una inversión, ya que los miembros de la colectividad; en especial los alumnos, “tienen la garantía de consumir alimentos que además de su bajo costo son higiénicos y tienen un valor nutricional adecuado”.

Estos servicios ofrecen la tranquilidad, al garantizar un lugar accesible para comer sin preocuparse por los costos; el personal que diseña los menús “es especializado y está muy bien preparado” para establecer la planificación de los mismos con al menos siete semanas de anticipación, dijo el también conductor del programa Frecuencia Nutricional, que se transmite desde hace 14 años en UAM Radio 94.1 FM.

La Licenciatura en Nutrición del campus Xochimilco desempeña un papel significativo en la propuesta de los platillos, “creo que de alguna manera también han valido como un elemento importante para las otras Unidades”, procurando una oferta que cumpla “con las leyes de alimentación”, con el fin de ofrecer cartas equilibradas, variadas, de bajo costo y con ingredientes de temporada que sean del agrado de la comunidad.

Una de los rasgos sobresalientes “en nuestro caso es que algunos de los productos que se emplean provienen del predio Las Ánimas, un espacio académico interdisciplinario ubicado en Tulyehualco, que cuenta con una policlínica veterinaria, consultorios de nutrición, medicina y psicología, así como un área agrícola destinada a diferentes cultivos”, subrayó el académico adscrito al Departamento de Atención a la Salud.

La unidad Xochimilco recibe jitomates, chiles, brócolis, coles, pepinos y lechugas cultivados en el predio Las Ánimas; en el pasado también abasteció a la Rectoría General y a las sedes Iztapalapa y Azcapotzalco, explicó del doctor Tarín Ramírez, ex coordinador del predio Las Ánimas.

Los comedores de la UAM son un apoyo invaluable para el personal administrativo y los estudiantes, especialmente para aquellos que no pueden pagar 80 o 100 pesos por una comida corrida y en estos espacios la comida balanceada tiene un costo de entre 10 y 12 pesos.

Además de este beneficio económico, los comedores “mantienen el ambiente universitario y alimentos variados, que incluyen una ración de carne, pescado o pollo, verduras y además postre, lo que resulta en una ingesta nutritiva y saludable”.

A lo largo de los años en el predio Las Ánimas se han montado invernaderos que producen una serie de productos y contribuyen al aprendizaje de los alumnos de Agronomía. En el predio se cultiva principalmente jitomate, lo hacen con otras hortalizas, que en un principio se llevaban al mercado, pero la inversión, la ganancia y el movimiento del producto costaba trabajo y dinero, por lo que se consideró más conveniente que fuera incorporado al comedor.

Díaz García aludió al proyecto Red de Producción y Comercialización de Alimentos Sanos, anunciado en 2023 por la Casa abierta al tiempo y el entonces Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, que contempla ofrecer tortillas de maíz nativo, producido con respeto pleno de los criterios de agroecología y de la economía social y solidaria en los comedores de la Rectoría General y de la Unidad Lerma, como un programa piloto, con el fin de promover una nutrición adecuada y una buena salud.

Con esta iniciativa se apoya además a los campesinos que producen a pequeña escala para que sean ellos quienes puedan comercializar los derivados de su cosecha para evitar las cadenas de intermediarios. Estos agricultores provienen principalmente de las alcaldías Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta, aunque también participan algunos del Estado de México, sobre todo del municipio de Lerma, contribuyendo con productos de alto valor nutricional y de primera calidad.

Ambos investigadores coincidieron en que la UAM juega un papel relevante en la vinculación con este sector de la población, pues su impacto social deja una huella significativa en el servicio y la vinculación con la sociedad.

Acerca de la disposición oficial para que a partir del 29 de marzo quede prohibida la venta de comida chatarra en las escuelas públicas del país, el doctor Díaz García reconoció que, “las universidades debemos predicar con el ejemplo y tendríamos que regular muchos de los tipos de alimentos que pueden ofertarse en nuestras instalaciones”.

En torno al Objetivo de Desarrollo Sustentable 2, establecido por la Organización de las Naciones Unidas, denominado “Hambre cero”, que busca poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición, así como promover la agricultura sostenible en el orbe, el doctor Tarín Ramírez precisó que en los comedores de esta Institución, además de cuidar la alimentación, se impulsa el aspecto de la sustentabilidad, al dar relevancia al cuidado del medio ambiente en la producción de los alimentos.

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